Sean como niños
Los tres Reyes Magos no vieron al Niño expulsando a los demonios, ni resucitando a los muertos. Encontraron, por el contrario, a un pequeñín confiado al cuidado de su Madre. Aquel que aún no pronunciaba ni siquiera una palabra, ya enseñaba, así, por el simple hecho de ser visto.