La espiritualidad de los Heraldos del Evangelio está anclada en tres puntos esenciales: la Eucaristía, María y el Papa, como se define en sus estatutos.
“La espiritualidad tiene como pilar la adoración a Jesús Eucarístico, de inestimable valor en la vida de la Iglesia, para edificarla como una sola, santa, católica y apostólica, cuerpo y esposa de Cristo”. (Ecclesia de Eucharistia 25, 61); la piedad mariana filial, imitando a la siempre Virgen María, y aprendiendo a contemplar en ella el rostro de Jesús (Novo Millennio Iuentes 59), y la devoción al Papado, fundamento visible de la unidad de la fe. (Lumen Gentium 18)”.