¡Amor sin medida a la Santa Madre Iglesia Católica!
El norte y la brújula de la vida del Dr. Plinio fue la Iglesia Católica. A ella se unió, con ella sufrió y con ella esperó los días de la glorificación.
El norte y la brújula de la vida del Dr. Plinio fue la Iglesia Católica. A ella se unió, con ella sufrió y con ella esperó los días de la glorificación.
El norte y la brújula de la vida del Dr. Plinio fue la Iglesia Católica. A ella se unió, con ella sufrió y con ella esperó los días de la glorificación.
El Dr. Plinio pasó toda su existencia anhelando el Reino de María. No obstante, la Providencia quiso llevárselo de esta vida antes de que pudiera comprobar su implantación en la tierra… ¿Habrá fallado la promesa?
Al escribir, hacia 1940, un memorando sobre la vida espiritual, el Dr. Plinio tejió proficuos comentarios que, lejos de ser meras normas abstractas, son el resultado de las experiencias vividas en el fragor de la batallas interiores, rumbo a la santidad.
En el mundo actual, a menudo nos enfrentamos a dificultades y problemas cuya solución se encuentra más allá de nuestras capacidades. En esos casos la única salida es rezar y confiar.
Uno mata, el otro vivifica; uno, para dar, exige sangre, el otro nos ha dado su propia sangre. Detrás de uno, el humo negro; detrás del otro, un Cielo de luces.
¿Se puede, realmente, clasificar al género humano en dos categorías: la de los sabios y la de los locos? Lea y opine.
La fama de santidad es una misteriosa acción del Espíritu Santo, por la cual un fiel recibe la moción interior de rezar por intermedio de otro bautizado. Una vez obtenido de la Providencia el favor deseado, comparte su gozo comunicando a los demás el insospechado poder de intercesión de tal o cual persona, viva o difunta.