Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, E.P.

Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, E.P.

“Él es como un árbol plantado al borde de las aguas” (Sl 1, 3): los Heraldos del Evangelio en poco tiempo “esparcieron sus ramos” por más de 70 países, produciendo abundantes frutos. Ante esta prodigiosa expansión, muchos se preguntan:

¿Cuál es el secreto de este crecimiento tan rápido? ¿Qué está por detrás de los Heraldos?
Todo se vuelve más claro cuando nos reportamos a los orígenes.
Así fue que todo comenzó:

El Fundador de los Heraldos del Evangelio

Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, E.P., canónigo honorario de la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma, es fundador de la asociación internacional privada de fieles de Cristo de derecho pontificio, Heraldos del Evangelio, de la sociedad clerical de vida apostólica Virgo Flos Carmeli y de la sociedad de vida apostólica femenina Regina Virginum.

La aurora de una Grandiosa Vocación

La infancia de la vida de Mons. João da testimonio de
cómo la luz de la inocencia
puede determinar el rumbo de una vocación impar

Un Encuentro Providencial

El Dr. Plinio comenzó a formar la mentalidad del joven João, alentándolo en la práctica de la virtud, estimulándolo en el servicio a la Santa Madre Iglesia e indicándole la dirección correcta. Entre los dos hubo el más sincero intercambio de ideales y entrega de voluntades en favor de la Santa Iglesia.

Un vínculo celestial

Seguidor del Dr. Plinio, Monseñor João también conoció de cerca a su virtuosa madre, Doña Lucilia, con la que mantuvo una breve, pero sublime relación que dejó en él una huella indeleble.

Más que un Fundador

Además de fundador de una institución, fue también un modelo de conducta, un atento maestro y un «piedra de escándalo», dispuesto a contrarrestar los excesos y errores de su época.

Un hombre a semejanza de Nuestro Señor Jesucristo

La Eucaristía es la culminación y la meta de la vida cristiana. A través de la relación de Monseñor João con el Santísimo Sacramento, podemos discernir el altísimo grado al que había llegado su vida espiritual.

Él sufrió con Cristo, para ser glorificado con Él

La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo se realiza en los miembros de su Cuerpo Místico, que es la Iglesia. En este holocausto, Nuestro Señor presentó su rostro llagado a Monseñor João, pidiéndole que se dejase clavar en la cruz y sufriese con la Santa Madre Iglesia y por ella.

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