¿Como granos de arena?
Hay en ella hermosos aspectos que merecerían ser destacados. Sin embargo, a partir de un pormenor de su constitución podemos reflexionar sobre ciertas actitudes nuestras.
Hay en ella hermosos aspectos que merecerían ser destacados. Sin embargo, a partir de un pormenor de su constitución podemos reflexionar sobre ciertas actitudes nuestras.
Cuando “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, una nueva era comenzaba. Con la efusión de su Preciosísima Sangre, Jesús trajo a la Tierra una innovadora perspectiva de las relaciones entre el Creador y la humanidad, y entre los hombres consigo mismos. La misericordia venció a la justicia.
Embajador de Dios ante María Santísima, San Gabriel alcanzó el ápice de arrobamiento por Ella y, desde la eternidad, vela por que las almas sean atraídas a su maternal protección.
«Precisamos de nuestra reputación para ejercer con fruto el apostolado; no podemos ni debemos permanecer bajo el lastre de una calumnia. Necesitamos que se nos haga justicia para mayor gloria de Dios».
Desde su juventud, en la existencia de Joseph Ratzinger brilló la señal de una llamada especial al servicio de la Iglesia.
Dado que el hombre está compuesto de cuerpo y alma, lo que suceda en su físico repercutirá en su vida espiritual y viceversa. Es importante saber sublimar, de forma concomitante, ambas realidades.
Hay una sola vestidura digna con la que, si queremos ir al Cielo, debemos presentarnos ante el divino Juez. ¿Cuál será y cómo adquirirla?
De lo profano a lo sagrado, los instrumentos musicales contribuyeron a crear en las acciones litúrgicas un ambiente adecuado a su momento festivo o recogido, preparando a las almas para el amoroso encuentro con Dios.
Finalmente, aquel año las cantatas fueron exitosas. El brillante resultado de la experiencia se transformó en tradición. De Alemania, los bastoncitos se extendieron a toda Europa, convirtiéndose en uno de los ornatos más simbólicos de la Navidad.
Muchas personas se aventuran a explicar el motivo por el cual se conmemora el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo el 25 de diciembre. ¿Será esta la verdadera fecha en que tuvo lugar tal acontecimiento?