Amor a la autoridad y al sacerdocio

El arte de educar a un niño consiste en inculcarle el amor a la autoridad. Por su ejemplo y palabras, Dña. Lucilia les enseñó a sus hijos a venerar lo que era superior a ellos, especialmente las almas consagradas a Dios.

El sacerdote perfecto

Desde la expulsión del paraíso hasta la venida del Redentor, la humanidad vislumbra en figuras imperfectas al Pontífice absoluto, de cuyo poder mediador participarían todos los sacerdotes de la Nueva Ley.

Abismo de todas las virtudes

Para que seamos verdaderos devotos del Sagrado Corazón de Jesús no basta con conocer y amar solamente uno de sus aspectos; es necesario que tengamos una visión de todo el conjunto de virtudes que Él representa.

Convertido por la belleza de la Iglesia

El proceso de conversión de un gran literato francés, sublime y espectacular al mismo tiempo, demuestra la perennidad y la fuerza de las gracias emanadas de la Santa Iglesia, capaces de atraer las almas a la santidad.

Predilectos de Dios

El que es perseguido por causa de la justicia puede pasar por arideces y pruebas terribles, pero está continuamente sustentado, conservando en sí una felicidad interior que vale más que todas las alegrías terrenales.

Nostalgias de la Navidad

Al narrar las reminiscencias de su niñez, el Dr. Plinio se complacía en recrear el ambiente de inocencia que envolvía las celebraciones navideñas de esa época. Especialmente en su hogar donde la piedad y el afecto de Dña. Lucilia las revestían de una alegría muy especial.

Admiración y afecto de la Virgen Madre

Al contemplar al Niño Jesús, Nuestra Señora tenía por Él un afecto lleno de admiración; primeramente, considerándolo como Dios y secundariamente en su fragilidad humana.

Una puerta del Cielo se abrió para el mundo

Quien visita la capilla de la Rue du Bac, de París, donde la Santísima Virgen se apareció, se siente envuelto por una intensa impresión de paz, de calma, de cielos abiertos, como si no existieran obstáculos entre la tierra y la feliz eternidad.